domingo, 8 de noviembre de 2015

EL PROVINCIAL MERCEDARIO FRAY JUAN DE MOLINA RESCATÓ EN ARGEL EN 1639 A 84 CAUTIVOS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA, 69 DE CALP

El provincial mercedario Fray Juan de Molina y Entrena rescató en 1639 en Argel a 114 cautivos cristianos, 84 de la Comunidad Valenciana, y entre ellos 69 de los apresados en Calp en 1637

La investigación de tres años destaca que el venerable padre Molina, provincial aragonés de la Orden de la Merced nacido en 1579, fue el que rescató en 1639 en argel a 114 cautivos cristianos, entre ellos a 84 de la Comunidad Valenciana, y entre ellos 69 calpinos apresados por los piratas en Calp en 1637, incluyendo al rector mossen Damián Abargues. Entre los apellidos de los rescatados y familiares de Calp se encuentran: Abargues/Abargas, Bonanat, Torres, Soria, Ortis, Ortola, Chorro, Serda, Guardiola, Llobell, Sollesa, Beltrán, Pérez, Navarro, Perlas, Bernat, Ribes, Gossa, Tomas, Peresa, Torrixes, Avila, Muños, Prats, Torrella, Perlas, Gadea, Ferrer, Moreno, Mestre, Sau, Sellesa, Peidro, Prats, Piata, Gil, Gossamu, Goña, Ortega, Vives, Balles y Blanquer.



El ataque de los piratas a Calp en 1637
En las Nuevas aportaciones a la Historia de Calp de Julia Campón Gonzalvo y Jaume Pastor Fluixá (Concejalía de Cultura del Ajuntament de Calp, 1989) figura la descripción del ataque. En el texto, que era un relato de 1643 del cronista Marco Antonio Palau en "Historia de la ciudad de Denia" cuyo facsímil fue publicado por la Diputación Provincial de Alicante como "Diana Desenterrada" (1975), se especifica con detalle un ataque de los moros a la ciudad en 1637, cuando cautivaron a más de trescientas personas, justo dos años antes de la redención de 1639, y como consecuencia la población quedó reducida a 65 personas.

"A 3 días del mes de Agosto del año 1637 amanecieron sobre la villa de Calpe, 7 galeras de Argel con su arráez, Alí Pichilin, moro colorín, natural de Argel, y sin ser vistos, ni sentidos (por averse dormido todos los centinelas en sus puestos), saltaron en tierra/tierria a la sonda 600 turcos, y arrimando escalas, assaltaron la desdichada y descuydada Villa. Acrecentó su desdicha el hallarse fuera de la villa hasta 60 hombres, que a diferentes menesteres de negocios y caminos, havían salido en pocos días antes, hallándose dentro sólo 26 hombres, que despiertos al ruydo salieron con sus Armas, y algunos dellos fueron muertos al salir de sus casas, por estar ya los turcos por las calles, los otros que pudieron subir a las murallas murieron en ellas defendiendo valerosamente sus vidas, su libertad y su Patria. El rector saltó al primer ruido, y como fiel sacerdote acudió a la Iglesia y sagrario, y sumido el Santísimo, tomó la puerta defendiendo con espada y Rodela la entrada de la iglesia y sacrario, y hasta que aviendo recivido algunas heridas considerables, huvo de rendirse a la gran multitud de turcos. Las mugeres y niños al primer ruydo tuvieron lugar de recogerse a la torre fuerte, que está en medio de la villa, muy a su salvo,echaron fuego a la puerta de la torre y obligaron a las mugeres y algunos hombres que avía en ellas a abrir y salir de la torre, porque el humo los agogava. Levarónse (caso lastimoso) 296 personas entre hombres, mugeres y niños. Los muertos de Calpe fueron 10, y de los turcos 40, con más de 100 heridos. Llevarónse toda quanta ropa y menaje havía por las casas, sin dexar cosa en ellas, sólo se salvaron las campanas y 2 piezas de artillería que avía y que las baxaron a embarcar, y huvieron de dexarlas por el socorro que acudió de las villas y lugares vecinos". 




La redención del padre Molina en Argel en 1639
La redención de Argel se realizó en julio de 1639, cuando fray Juan de Molina era provincial y contaba con 59 años, fue junto al mercedario Miguel Miralles por Valencia y rescataron a 114 cautivos, sin contar los que pagaron su propio rescate. De los cautivos cristianos rescatados 69 eran de Calp o Calpe (Alicante) que había sufrido dos años antes un ataque de los piratas que se llevaron a numerosas mujeres y niños. El venerable padre Molina señaló que partió a la redención con veinte mil escudos. El coste final fue de "veinte mil trescientas y diez y nueve libras, once sueldos y diez dineros".

El cronista mercedario fray Gabriel Téllez, el famoso autor teatral Tirso de Molina, resaltó cómo llegó el padre Molina a Barcelona: "Partió de Zaragoza el dicho padre provincial Molina por lo más riguroso del estío de este mismo año, guiando a Barcelona, donde le esperaba el compañero redentor Miralles, y para que en todo lo posible fuese verdadera imitación del Redentor Divino, no quiso valerse en todas las cincuenta leguas, de pies ajenos, sino que, por los propios caminando, comenzó desde su patria a atesorar los méritos que los trabajos y sudores medran a los que con perfección desean adquirir el blasón de redentores, extrañeza en este siglo casi prodigiosa, donde las comodidades y ostentaciones vanas se han incorporado de manera con las prelacías y cargos religiosos, que el no añadir autoridades se juzga a menoscabo. ¿Provincial de la Merced y a pie por los caminos?, Rara avis in terra. Confusión de concurrentes, aunque la presunción lo bautice por desaire".

La principal dificultad que tuvo que esquivar el redentor es que estaba prohibido rescatar cautivos entre los tres y los quince años. Según el padre Molina "granjeé a un Morabuto, que es como en España Obispo, puse a los muchachos de cuatro, de cinco, y de seis años en brazos de las esclavas como hijos de ellas cubiertos con una gran toalla, solo un Turco descubría la cara a los niños, y en decir el Morabuto: pasa adelante ninguno del Duán replicaba, sino que los escribían, y con eso, de allí se iban al navío a embarcar. Fue una Redención esta tan compasiva, y de dar a Dios gracias, que en la Procesión que hicimos día de San Roque en Valencia, de compasión, y gozo, lloraban mujeres, y hombres, viendo tantas mujeres, y doncellas, y niños, y niñas. Los padres de estos se hallaron obligados a quitarlos a sus mujeres, y llevarlos ellos en los brazos porque no se los ahogara la multitud de la gente no cabía en las calles". 

La redención de Argel regresó a España por el puerto y barrio del Grau de Valencia, donde hubo una procesión de los rescatados con los que se volcó la población. En la imagen se aprecia una imagen antigua del Monasterio mercedario del Puig, que debió visitar el padre Molina al terminar la redención de Argel.



Sobre la investigadora
María Pilar Saura Pérez, nacida en Quart de Poblet (Valencia) en 1962 y residente en Madrid, casada y madre de tres hijos, es doctora en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid), licenciada en Periodismo (UCM), licenciada en CC. EE. y Empresariales (Universidad Comillas).

© María Pilar Saura Pérez