jueves, 31 de enero de 2019

CLAUSURA DEL JUBILEO MERCEDARIO EN CÓRDOBA CON LA CONFERENCIA SOBRE EL CAPITÁN DIVINO DEL PADRE MOLINA

CLAUSURA DEL JUBILEO MERCEDARIO EN CÓRDOBA CON LA CONFERENCIA SOBRE EL CAPITÁN DIVINO DEL PADRE MOLINA


El acto de presentación del libro del Capitán Divino del padre Molina fue iniciado por el Deán-Presidente Manuel Pérez Moya, quien destacó que la escultura estudiada constituye “un excelente ejemplo del valioso patrimonio artístico que es custodiado en el monumento”. Los autores Juan Luque Carrillo y María Pilar Saura Pérez explicaron el devenir de una talla de un Niño Jesús de Pasión, custodiada en la capilla del Espíritu Santo y San Pedro Mártir de Verona, pero que llegó a ocupar el tabernáculo del retablo mayor. La investigación revaloriza la personalidad del primer propietario del Niño Jesús el mercedario fray Juan de Molina y los hechos prodigiosos de su "Capitán Divino" que le concedía todas sus peticiones y con el que entablaba tiernos coloquios. Al acto asistieron los actuales condes de Fuenclara, don Íñigo Castellano Barón y su esposa, y el párroco de Carenas don Juan Manuel Melendo.

A través del siguiente enlace se accede al video completo de la presentación editado por el Cabildo Catedral de Córdoba:







También la de Monseñor Miguel Vicente Cebrián y Agustín, quien la custodió a petición de su hermano el Conde de Fuenclara durante 26 años y que donó la escultura a la sede catedralicia cordobesa. El libro aborda de manera rigurosa el estudio histórico-artístico de esta obra escultórica del primer tercio del siglo XVII y apunta su atribución hacia el maestro napolitano Pietro Ceraso. Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, expresó su gratitud por la labor desempeñada por ambos investigadores en estos dos últimos años. Al finalizar la presentación, fray Mario Alonso, representante de la provincia mercedaria de Castilla, impuso al Niño Jesús una medalla con el escudo de la orden de la Merced.

Al cierre del acto Monseñor D. Demetrió bendijo sus nuevos atributos, un pequeño escudo mercedario, y una corona de espinas y unos clavos para su cestita donados por los investigadores Juan Luque y María Pilar Saura y el deseo es que ningún cordobés ni visitante se quede sin adorar a este precioso Capitán Divino.





Referencia bibliográfica:
LUQUE CARRILLO, Juan y SAURA PÉREZ, Mª Pilar: El “Capitán Divino” de fray Juan de Molina en la catedral de Córdoba: Estudio histórico de una devoción cristífera. Córdoba: Excmo. Cabildo Catedral de Córdoba, 2018. 




En la Catedral también pudimos contemplar el cuadro "Decisión del pleito entre religiosos y caballeros" del pintor mercedario fray Agustín Leonardo de 1624, al que se atribuye el retrato del venerable Molina. Pudimos admirar el altar Mayor de la Catedral cuyo retablo preside la Virgen de Villaviciosa y su coro.


Ya se puede apreciar en la Capilla del Espíritu Santo y San Pedro Mártir girado de frente el Capitán Divino que perteneció a fray Juan de Molina que murió en 1652 en el convento de San Lázaro de Zaragoza bajo un halo de santidad. El fraile mercedario siempre estaba rezando al Niño Jesús milagroso que le concedía sus peticiones y según los relatos le hablaba.



En Córdoba visitamos con fray Mario Alonso y de la mano del experto Francisco Mellado el antiguo Convento de la Merced, en la actualidad sede de la Diputación Provincial pero llena de escudos mercedarios. El altar Mayor de la iglesia lo preside la Virgen de la Merced y sus claustros hacen retroceder a otras épocas de esplendor mercedario.



Fray Juan de Molina fue enviado como visitador a las casas de Andalucía por el maestro general fray Juan  Cebrián de 1628 a 1631. Entre los conventos visitados estarían los principales de Sevilla y Córdoba, y seguramente visitaría también la Catedral-Mezquita de Córdoba.






© Texto e imágenes de María Pilar Saura Pérez



viernes, 11 de enero de 2019

CONFERENCIA SOBRE EL NIÑO JESÚS DE FRAY JUAN DE MOLINA EN LA CATEDRAL DE CÓRDOBA

CONFERENCIA SOBRE EL NIÑO JESÚS DEL MERCEDARIO FRAY JUAN DE MOLINA EN LA CATEDRAL DE CÓRDOBA EL PRÓXIMO 24 DE ENERO DE 2019



El Cabildo de la Catedral de Córdoba organiza la presentación del libro El Capitán Divino de fray Juan de Molina en la Catedral de Córdoba: estudio histórico de una devoción cristífera, de los autores Juan Luque y María Pilar Saura, que tendrá lugar (D. M.) el próximo día 24 de enero de 2019 -jueves- a las 20:00 h., en el conjunto monumental Mezquita-Catedral de Córdoba (Capilla de Ntra. Sra. de Villaviciosa). Entrada libre hasta completar aforo.



Nueva investigación sobre su Niño Jesús de fray Juan de Molina y Entrena

Al morir el padre Molina el arzobispo de Zaragoza fray Juan Cebrián conservó su Niño Jesús. El venerable Molina llamaba al Niño Capitán Sagrado con el que entablaba tiernos coloquios y le concedía todas sus peticiones. A través de los familiares del Arzobispo, los condes de Fuenclara, el precioso Niño de Nápoles de Pasión estuvo custodiado por el obispo de Córdoba Miguel Vicente Cebrián que a su muerte en 1752 lo dejó a la Catedral y durante más de 150 años presidió el Tabernáculo del Altar Mayor, como se aprecia en la fotografía antigua de Rafael Señán. En la actualidad se encuentra en la Capilla del Espíritu Santo y San Pedro Mártir de la Catedral de Córdoba.
(https://www.diocesisdecordoba.com/capillas/espiritu-santo-y-san-pedro-martir). 


Cuando fray Juan de Molina necesitaba algo entraba en su oratorio y se dirigía a su Capitán Divino, que era como llamaba al Niño Jesús que tenía, para decirle "Señor en fe de vuestra palabra vengo a reconveniros, pues no ignoráis la necesidad de este Convento y con esto excusaba muchas veces salir de su retiro, asegurándole el Señor el pronto socorro, que luego enviaba por medio de algunos devotos". Según Neyla "A estas ansias amorosas con que esta bendita alma corría presurosa arrebatada de la fragancia de los Divinos Aromas del Esposo, correspondía sino el querido Jesús su Capitán Sagrado, que no contentándose con el favor que prometió a la esposa de llevarla a la soledad, y hablarle al corazón: quiso añadir con este amante siervo hablarle también al exterior sentido por medio de la Imagen ante quien él oraba". Un testigo excepcional fue D. Miguel Antonio de Urrutigoyti, arcediano de Zaragoza, que "yendo a visitarle, y entrando por su celda sintió tiernos coloquios, detúvose con pasmo, y discurriendo quien le podía hablar, entró y halló era el Niño Jesús quien respondía a los afectos de su Siervo". Esto testificó muchas veces dicho Arcediano confirmando el crédito de la santidad del maestro Molina.



El misterioso destino de su Niño Jesús del padre Molina, que tras su muerte se quedó el mercedario fray Juan Cebrián que era el arzobispo de Zaragoza, siguió dos posibles rumbos. Uno con una posible devolución posterior al convento de San Agustín de Calatayud donde había profesado fray Juan de Molina, que no ha sido localizado, y otro hacia sus familiares a través de los condes de Fuenclara. Puesto que en los testamentos localizados de los condes de Fuenclara de 1726 (José Cebrián Alagón) y de 1751 (Pedro Cebrián y Agustín) figura que el Niño Jesús del venerable Molina estaba en su Mayorazgo y custodiado mientras tanto por el hermano de Pedro, Miguel Vicente Cebrián y Agustín (obispo de Córdoba), significa que se pudo enviar a Calatayud otro Niño Jesús de similares características en sustitución del auténtico. Desde 1726 custodia el Niño Jesús Miguel Vicente Cebrián y Agustín, que era desde 1720 Arcipreste de Santa María y Dignidad de la Iglesia Metropolitana de Zaragoza, desde junio de 1732 fue nombrado obispo de Coria y en septiembre de 1742 fue designado obispo de Córdoba hasta su muerte el 30 de mayo de 1752. Deja a la Catedral de Córdoba una sacra de plata y el Niño Jesús que se pone en el Tabernáculo. Aunque Pedro Cebrián y Agustín, tercer conde de Fuenclara, indica en su testamento del 26 de agosto de 1751 que su heredera recupere el Niño Jesús para el Mayorazgo de Fuenclara, cuando muere el 6 de agosto de 1752, apenas dos meses después de la muerte de su hermano el obispo Cebrián, ya no figura en sucesivos testamentos de los condes de Fuenclara. Cuando la siguiente condesa Hipólita Cebrián Patiño acude al funeral de su tío obispo, celebrado un año después en 1753, ya consta que el obispo había donado el Niño Jesús a la Catedral de Córdoba y que estaba colocado en la custodia de piedra del Altar Mayor (el Tabernáculo). En otros documentos testamentarios relacionados con el obispo Miguel Vicente Cebrián ya figura que en enero de 1752 había donado el Niño Jesús a la catedral de Córdoba y pedía que permaneciese en el tabernáculo.


Ramírez y las Casas-Deza en su obra  "Indicador Cordobés" deja constancia de los bienes destacados de la Catedral de Córdoba en 1847. Destaca: "un viso de plata que representa a Jerusalen, y un niño Jesus que se coloca en el tabernáculo, y donó el Obispo Don Miguel Vicente Cebrián". Por tanto, el Niño Jesús estaba en el Tabernáculo 95 años después de la muerte del obispo Cebrián. Por una fotografía antigua de finales del XIX de Rafael Señán González apreciamos la presencia del Niño Jesús en el Tabernáculo.





© Texto e imágenes de María Pilar Saura Pérez

miércoles, 2 de enero de 2019

El 22 DE DICIEMBRE SE CELEBRÓ EL 402 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL MERCEDARIO FR. JOSEPH ABBAD

El mercedario fray Joseph Abbad, también conocido como José Abad, nació en Carenas (Zaragoza) como fray Juan de Molina del que fue coetáneo y fue bautizado el 22 de diciembre de 1616, vistió el hábito en Calatayud el día 29 de octubre de 1631 y profesó en Zaragoza. Fue maestro de número, doctor teólogo y catedrático de diversas disciplinas de la Universidad de Huesca, rector del Colegio mercedario de Huesca, definidor general, Vicario Provincial, examinador sinodal de varias Diócesis, y orador evangélico de primer orden. En el año 1658 fundó la Escuela de Cristo de Huesca, siendo muy respetado por ser hombre de mucha virtud, ciencia y gobierno. En el año 2017 se celebró el 350 aniversario de su muerte que sucedió en Huesca el 28 febrero de 1667, dejando el olor de santidad por su vida ejemplar. Su cuerpo fue encontrado incorrupto en diferentes momentos y fue trasladado del desaparecido convento mercedario de Huesca en 1858 a San Pedro “El Viejo”, donde se encuentra en un sepulcro del claustro. El padre Abbad escribió varios sermones, aprobaciones y censuras, y fue un personaje clave del círculo intelectual, como el de la familia Lastanosa, y eclesiástico de Huesca en el Siglo XVII.



A través de la investigación realizada junto a Antonia Buisán, publicada sin ánimo de lucro con la colaboración de la Asociación de Obreros de San Pedro “El Viejo” (Huesca) en su web www.sanpedroelviejo.com, se puede conocer en más detalle la vida de fray Joseph Abbad y la fundación de la Escuela de Cristo de Huesca.

ENLACE AL DOCUMENTO:

© Texto e imágenes de María Pilar Saura Pérez