Todo mi agradecimiento a las autoridades
militares por ceder el Palacio de Capitanía para la realización de la
conferencia sobre el venerable mercedario Fr. Juan de Molina, que estuvo organizada por el coronel Alfonso Caracuel, director del Centro
de Historia y Cultura Militar Pirenaico. La conferencia estuvo precedida
por las
explicaciones sobre el Palacio del teniente coronel Campanero, gobernador del Palacio, siendo el padre
Domingo Lorenzo Mezquita, vicario provincial, el
encargado de decir unas palabras en nombre de la Orden de la Merced. También estuvo presente y respondió algunas preguntas en el coloquio posterior el padre Joaquín Millán. El Teniente General Inspector del Ejército pronunció las palabras de cierre del evento.
Información publicada
por la Inspección General del Ejército sobre la conferencia sobre fray Juan de
Molina
En el siguiente enlace se aprecia la
información e imágenes publicadas.
http://www.ejercito.mde.es/unidades/Barcelona/ige/Noticias/2016/85_Conferencia_FrayJuanDeMolina.html
Noticias/ lunes 28 de noviembre de 2016/ Número: 85
Conferencia
sobre la vida de Fray Juan de Molina
El Palacio de Capitanía General de Barcelona fue
escenario del relato de la vida del venerable religioso de la Orden de la
Merced Fray Juan de Molina y Entrena, nacido en 1579 en la localidad aragonesa
de Carenas.
María Pilar Saura Pérez, doctora en Ciencias de la
Información, ha investigado durante más de tres años sobre las encomiendas de
Fray Juan de Molina, sus redenciones de cautivos y sus prodigios. Su vida ha
quedado recogida en el libro «Fray Juan de Molina y Entrena, venerable
mercedario (1579-1652). Camino de santidad», que brillantemente
resumió en una conferencia pronunciada en el Salón del Trono del Palacio de
Capitanía, escenario elegido por ser el primer convento de la Orden de la
Merced, y cuya historia fue presentada con anterioridad por el teniente coronel
Miguel Ángel Campanero, actual gobernador del Palacio de Capitanía o Palacio de
la Merced.
El padre Domingo Lorenzo Mezquita, vicario provincial
de la Orden de la Merced, intervino al finalizar la conferencia alabando la
labor investigadora de la doctora Pilar Saura y agradeciendo las explicaciones
sobre el Palacio del teniente coronel Campanero.
Fray Juan de Molina y Entrena
Fray Juan de Molina estudió Artes y Teología,
adquiriendo el grado de maestro. Fue comendador de los conventos de San Agustín
de Calatayud, de Santa Eulalia de Pamplona y de san Lázaro de Zaragoza y
nombrado definidor de provincia y redentor por Aragón y Navarra. Hizo dos
redenciones partiendo desde el convento de la Merced, una en Túnez el año 1634
y otra en Argel en 1639, en las que rescató a 227 cautivos cristianos. A su
regreso es nombrado comendador de Zaragoza. Murió con 73 años y fue enterrado
en la Capilla del Eccehomo del convento de San Lázaro. En el Capítulo General
celebrado en Huesca en 1682 fue considerado venerable.
María Pilar Saura. (Foto:OC-IGE. Sdo
Tarancón)
María Pilar Saura y el padre Domingo
Lorenzo. (Foto:OC-IGE. Sdo Tarancón)
Agradecimiento a María Pilar Saura.
(Foto:OC-IGE. Sdo Tarancón)
Palabras pronunciadas por fray Domingo Lorenzo, vicario provincial de la Orden de la
Merced
FRAY JUAN
DE MOLINA Y ENTRENA
DEL OLVIDO
AL RESCATE
UNA VIDA
EN LA PROVINCIA DE ARAGÓN
Excelentísimas autoridades militares
y amigos todos:
La figura señera de fray Juan de Molina
y Entrena nos ha convocado esta tarde en este extraordinario edificio de la
Capitanía General, otrora Real Convento de la Merced dedicado a la mártir santa
Eulalia.
Con toda seguridad que el M.R. P.
Provincial, Fr. José Juan Galve Ardid, desearía estar hoy aquí, pero las
obligaciones de su cargo lo tienen acompañando a las Vicarías Mercedarias de
Venezuela y Centroamérica. En su nombre y en el de toda la Provincia Mercedaria
de Aragón les saludo y expreso un sincero agradecimiento.
Agradecimiento, en primer lugar, a Dios
nuestro Señor y a la Santísima Virgen de la Merced, Nuestra Madre, la Redentora
de Cautivos que nos permiten ilusionarnos con el Jubileo de la Merced casi a
las puertas de los 800 años, que celebraremos Dios mediante en el 2018. Ocho
siglos llevando libertad, tras los pasos de Cristo Redentor, a imitación de
nuestro Fundador san Pedro Nolasco. Jubileo en el que Barcelona será punto de
peregrinación para saludar a María, madre de Cristo Redentor, madre de la Orden
redentora y madre de todos los redimidos.
Agradecimiento a ustedes, autoridades de
esta Capitanía General que nos han permitido entrar en su casa, la que tan
amablemente y siempre que lo solicitamos nos ofrecen como casa nuestra; la que
fuera Convento de la Merced, símbolo de la libertad.
Agradecimiento al Teniente Coronel
Miguel Ángel Campanero por la magnífica Reseña histórica del que fuera primer
convento de la Merced. Al escucharle ha sido fácil viajar con la imaginación a
los primeros tiempos de la Orden de la Merced y contemplar la intensa actividad
de aquellos religiosos, volcados en redimir cautivos y curar heridas físicas y
psíquicas de los rescatados. Fuego de caridad encendido ante el Santísimo y
alentado con la mirada de la Madre de la Merced.
¡Cuántos cautivos y redentores pisaron
estos atrios; cuantos al vislumbrar el puerto de Barcelona y las puertas del
convento se sintieron salvados después de una vida de penalidades! ¡Con qué
alegría se encaminaban hacia la Basílica para dejar sus cadenas a los pies de
la Santísima Virgen!. ¡Cuánto conoce Barcelona de Caridad Redentora! ¡Cuánto
dinero volcado en esta empresa de liberación! ¡Cuánta sangre entregada como
moneda de rescate! Sólo Dios lo sabe.
¡Gracias, Teniente Coronel Miguel Ángel Campanero. Y
gracias también al Coronel Alfonso Caracuel Ayerbe por haber organizado este
evento que hoy nos reúne aquí.
Agradecimiento a Dª Pilar Saura que ha
hecho posible que fray Juan de Molina, hombre de una talla extraordinaria fuera
rescatado del olvido en que se hallaba sumida esta figura ilustre del acervo
cultural mercedario. Esa minuciosidad a la vez que constancia en investigar y
dar a conocer la figura de Fr. Juan de Molina ha suscitado en mí el recuerdo de
la conocida Rima de Gustavo Adolfo Bécquer:
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!.
Sí, Dª Pilar. Ud. ha sido la “mano de
nieve” que ha sabido sacar a la luz la grandeza humana, la caridad redentora,
la talla intelectual de este religioso mercedario, del que los frailes
capitulares reunidos en Huesca, en el año 1682, determinaron que se indagase en
su santa vida para que fuera elevado al honor de la Gloria de Bernini.
Sólo habían pasado 30 años desde su
muerte. Muchos religiosos capitulares le habían conocido y sabían de su vida y
virtudes. De ahí su determinación a iniciar un proceso. Pero en la medida que
fueron pasando los años, con generaciones de mercedarios que ya no le trataron
personalmente, la determinación capitular se fue quedando en un buen deseo. El
polvo de años y siglos fue configurando un profundo manto de olvido y silencio
por parte de la Orden de la Merced, como el arpa de la rima, por parte de su
dueña.
Y Ud, con sus escritos, sus ponencias y,
sobre todo, con su entusiasmo, está poniendo al descubierto la grandeza de su
figura. ¡Gracias, Dª Pilar!.
Tal como Ud. ha expuesto su figura, para
los mercedarios de hoy Fr. Juan de Molina sigue siendo actual y su ejemplo nos
compromete. Una vida que se entrega por los demás aun con el riesgo de perder
la propia. Una vida desprendida y generosamente ofrecida como canje.
A Fray Juan de Molina, fruto espléndido
de caridad mercedaria, Maestro en Teología y ardiente predicador de la Palabra
de Dios, que ejerció los cargos confiados buscando más ser amado que temido, le
sientan bien las palabras de la Sagrada Escritura en el libro de Daniel:
Los sabios brillarán como el resplandor
del firmamento;
y los que guiaron a muchos por el buen
camino,
resplandecerán como estrellas por toda
la eternidad” (Dn 12,3)
Agradecimiento a todos Uds. que han tenido a bien
acudir hoy a esta casa y acompañarnos en tan emotiva celebración. En nombre del
Superior Provincial y en el de toda la Familia Mercedaria. ¡Muchas
gracias a todos!
PADRE
DOMINGO LORENZO MEZQUITA
VICARIO PROVICIAL
DE ARAGÓN
23
NOVIEMBRE 2016
Breve
video de Pilar Saura sobre el paso del venerable fray Juan de Molina por el
convento fundacional de la Merced en Barcelona
La presencia de la Orden de la Merced en Barcelona
El Palacio de Capitanía que fue el convento fundacional de la Merced
Sobre
la fundación de la Orden de la Merced, en una lápida situada en el Monasterio
de la Merced de Barcelona, cuyo análisis recoge una compulsa de documentos del
antiguo archivo de la Merced en Barcelona[1],
se confirma el 10 de agosto, día de san Lorenzo, de 1218. Dicha lápida, cuyo
dibujo figura a continuación, estaba en el puente que comunicaba el convento
con el coro de la iglesia. En la siguiente imagen se aprecia el dibujo de la
lápida que pone en catalán: "Aquest
es lo Prime Monastir del Orde de la Verge Mª de Merce a X de Agost fundat ani
MCCXV...", lo que quiere decir "Aquí
está el primer monasterio de la Virgen María de la Merced fundado el 10 de
agosto de 1218". Las tres barras finales están desdibujadas, pero en
el análisis los expertos especifican, con inclusión de declaraciones de
testigos, que se tenía que tratar del año 1218. Precisamente en 2018 se
celebrará el Jubileo de la Merced, en el 800 aniversario desde su fundación.
[1] © Archivo
Histórico Provincial de Huesca. ES/AHPHU-U-000355, Universidad Sertoriana, Revisión del Archivo del Monasterio de la
Merced de Barcelona, 1721-1722, p. 62 v.
La Basílica de la Merced con la Virgen de la Merced
La
advocación de los mercedarios es la Merced,
referida a María, está vinculada con el nacimiento de la Orden. Santa María de
la Merced, que se celebra 24 de septiembre, significa la merced por excelencia
de redimir cautivos. Como explica el padre fray Luis Vázquez ("Santa María de la Merced", Colección Familia Mercedaria, nº 2, pp. 4-5) si bien María inspira a
Nolasco la fundación de una Orden consagrada a redimir cristianos de la
cautividad sarracena, la advocación es posterior. La Orden se llamó durante el
primer tiempo de "Santa
Eulalia" por el lugar donde se fundó, el Hospital de Santa Eulalia,
que se traslada al espacio que donó Raimundo de Plegamáns en 1232, y que se
llamó del mismo modo de Santa Eulalia.
También se denominó la Orden "agustina"
por haber asumido la regla de San Agustín. En 1243 se daba a los cofrades el hábito de Santa María, y se le dio a la
Virgen el título de Santa María de la
Merced, que equivale a Madre de Dios
de la Misericordia.
La
Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco el 1 de agosto de 1218 según consta[1]: "Síguese porqué razón Ntro. Sr. Dios
quiso consolar e informar a este Sto. Varón Pedro Nolasco apareciéndole la
Virgen Sta. María Ntra. Sra. El qual Sancto Varon a la media noche, quando
todas las cosas están quietas, y con silencio, en aquella hora estavan sus ojos
velando, y con abundancia de lágrimas su corazón en atalaya, sus suspiros como
correos a Dios, llebando la embaxada, de su necessidad, y esto era en el
primero día de Agosto, porque dize el original Kalenndas Augusti anyo del
Nacimiento de Mil Ducientos diez y ocho, quando la Virgen sin manzilla Ntra.
Sra. se le apareció para revelarle lo que Dios tenía ordenado".
[1] Archivo Histórico Provincial de
Huesca. ES/AHPHU-U-000355, Universidad Sertoriana, op. cit., p. 48.
La
talla de Nuestra Señora de la Merced de la Basílica de la Merced de Barcelona,
que figura en la siguiente imagen, es gótica del siglo XIV, realizada por
escultor Pere Moragues en
1361, pero se supone que hubo otra anterior. Siglos más tarde, en 1687, Barcelona sufrió una plaga de
langostas y se puso en manos de la Virgen de la Mercè. Acabada la plaga, el
Consejo de la Ciudad la nombró patrona de Barcelona. Pero el Papa no ratificó
la decisión hasta dos siglos más tarde, en 1868. La historia de la
imagen fue publicada por fray Manuel Mariano Ribera en
1736.
El Museo Diocesano con la imagen original más antigua de alabastro de la Virgen de la Merced
Curia Provincial de la Merced en Barcelona
Santa María del Mar con su vidriera mercedaria
La Catedral con el sepulcro de Santa Eulalia, el retablo de la fundación de la Orden de la Merced y la capilla de San Ramón Nonato
La hornacina y escudo de la Merced en la Plaza del Rey
© María Pilar Saura Pérez