viernes, 11 de enero de 2019

CONFERENCIA SOBRE EL NIÑO JESÚS DE FRAY JUAN DE MOLINA EN LA CATEDRAL DE CÓRDOBA

CONFERENCIA SOBRE EL NIÑO JESÚS DEL MERCEDARIO FRAY JUAN DE MOLINA EN LA CATEDRAL DE CÓRDOBA EL PRÓXIMO 24 DE ENERO DE 2019



El Cabildo de la Catedral de Córdoba organiza la presentación del libro El Capitán Divino de fray Juan de Molina en la Catedral de Córdoba: estudio histórico de una devoción cristífera, de los autores Juan Luque y María Pilar Saura, que tendrá lugar (D. M.) el próximo día 24 de enero de 2019 -jueves- a las 20:00 h., en el conjunto monumental Mezquita-Catedral de Córdoba (Capilla de Ntra. Sra. de Villaviciosa). Entrada libre hasta completar aforo.



Nueva investigación sobre su Niño Jesús de fray Juan de Molina y Entrena

Al morir el padre Molina el arzobispo de Zaragoza fray Juan Cebrián conservó su Niño Jesús. El venerable Molina llamaba al Niño Capitán Sagrado con el que entablaba tiernos coloquios y le concedía todas sus peticiones. A través de los familiares del Arzobispo, los condes de Fuenclara, el precioso Niño de Nápoles de Pasión estuvo custodiado por el obispo de Córdoba Miguel Vicente Cebrián que a su muerte en 1752 lo dejó a la Catedral y durante más de 150 años presidió el Tabernáculo del Altar Mayor, como se aprecia en la fotografía antigua de Rafael Señán. En la actualidad se encuentra en la Capilla del Espíritu Santo y San Pedro Mártir de la Catedral de Córdoba.
(https://www.diocesisdecordoba.com/capillas/espiritu-santo-y-san-pedro-martir). 


Cuando fray Juan de Molina necesitaba algo entraba en su oratorio y se dirigía a su Capitán Divino, que era como llamaba al Niño Jesús que tenía, para decirle "Señor en fe de vuestra palabra vengo a reconveniros, pues no ignoráis la necesidad de este Convento y con esto excusaba muchas veces salir de su retiro, asegurándole el Señor el pronto socorro, que luego enviaba por medio de algunos devotos". Según Neyla "A estas ansias amorosas con que esta bendita alma corría presurosa arrebatada de la fragancia de los Divinos Aromas del Esposo, correspondía sino el querido Jesús su Capitán Sagrado, que no contentándose con el favor que prometió a la esposa de llevarla a la soledad, y hablarle al corazón: quiso añadir con este amante siervo hablarle también al exterior sentido por medio de la Imagen ante quien él oraba". Un testigo excepcional fue D. Miguel Antonio de Urrutigoyti, arcediano de Zaragoza, que "yendo a visitarle, y entrando por su celda sintió tiernos coloquios, detúvose con pasmo, y discurriendo quien le podía hablar, entró y halló era el Niño Jesús quien respondía a los afectos de su Siervo". Esto testificó muchas veces dicho Arcediano confirmando el crédito de la santidad del maestro Molina.



El misterioso destino de su Niño Jesús del padre Molina, que tras su muerte se quedó el mercedario fray Juan Cebrián que era el arzobispo de Zaragoza, siguió dos posibles rumbos. Uno con una posible devolución posterior al convento de San Agustín de Calatayud donde había profesado fray Juan de Molina, que no ha sido localizado, y otro hacia sus familiares a través de los condes de Fuenclara. Puesto que en los testamentos localizados de los condes de Fuenclara de 1726 (José Cebrián Alagón) y de 1751 (Pedro Cebrián y Agustín) figura que el Niño Jesús del venerable Molina estaba en su Mayorazgo y custodiado mientras tanto por el hermano de Pedro, Miguel Vicente Cebrián y Agustín (obispo de Córdoba), significa que se pudo enviar a Calatayud otro Niño Jesús de similares características en sustitución del auténtico. Desde 1726 custodia el Niño Jesús Miguel Vicente Cebrián y Agustín, que era desde 1720 Arcipreste de Santa María y Dignidad de la Iglesia Metropolitana de Zaragoza, desde junio de 1732 fue nombrado obispo de Coria y en septiembre de 1742 fue designado obispo de Córdoba hasta su muerte el 30 de mayo de 1752. Deja a la Catedral de Córdoba una sacra de plata y el Niño Jesús que se pone en el Tabernáculo. Aunque Pedro Cebrián y Agustín, tercer conde de Fuenclara, indica en su testamento del 26 de agosto de 1751 que su heredera recupere el Niño Jesús para el Mayorazgo de Fuenclara, cuando muere el 6 de agosto de 1752, apenas dos meses después de la muerte de su hermano el obispo Cebrián, ya no figura en sucesivos testamentos de los condes de Fuenclara. Cuando la siguiente condesa Hipólita Cebrián Patiño acude al funeral de su tío obispo, celebrado un año después en 1753, ya consta que el obispo había donado el Niño Jesús a la Catedral de Córdoba y que estaba colocado en la custodia de piedra del Altar Mayor (el Tabernáculo). En otros documentos testamentarios relacionados con el obispo Miguel Vicente Cebrián ya figura que en enero de 1752 había donado el Niño Jesús a la catedral de Córdoba y pedía que permaneciese en el tabernáculo.


Ramírez y las Casas-Deza en su obra  "Indicador Cordobés" deja constancia de los bienes destacados de la Catedral de Córdoba en 1847. Destaca: "un viso de plata que representa a Jerusalen, y un niño Jesus que se coloca en el tabernáculo, y donó el Obispo Don Miguel Vicente Cebrián". Por tanto, el Niño Jesús estaba en el Tabernáculo 95 años después de la muerte del obispo Cebrián. Por una fotografía antigua de finales del XIX de Rafael Señán González apreciamos la presencia del Niño Jesús en el Tabernáculo.





© Texto e imágenes de María Pilar Saura Pérez