Poder visitar los principales enclaves de Tierra Santa ha sido muy emocionante. Desde Belén a Nazaret, pasando por Jericó, Galilea, Cafarnaún o Yardenit. En Jerusalén recorrer la Vía Dolorosa hasta llegar al Santo Sepulcro o el Monte de los Olivos hasta Getsemaní. No se puede describir con palabras. Me llevé estampas de la Virgen de la Merced, de fray Juan de Molina y de su Capitán Divino para encomendar a toda la familia.
© Texto e imágenes de María Pilar Saura Pérez